Escritora estadounidense nacida el 19 de
febrero de 1952 en Oakland (California) en el seno de una familia de
inmigrantes chinos, lo que marca su biografía con una doble influencia
cultural, china y americana. Su familia vivió en distintas comunidades en el
norte de California antes de asentarse finalmente en Santa Clara. Su madre,
Daisy, se divorció de su anterior marido en China y perdió la custodia de sus
tres hijas, y hubo de dejarlas atrás cuando escapó de China en el último barco
que abandonaba Shanghai antes de la invasión comunista en 1949. Su nuevo
matrimonio con John Tan, un ministro bautista que había emigrado a América
intentando escapar de los disturbios de la Guerra Civil china, le dio a Daysy
otros tres hijos, Amy y sus dos hermanos. El padre y el hermano mayor de Amy
murieron con un año de diferencia a causa de tumor cerebral y la madre de Amy
se trasladó con sus dos hijos a Suiza, donde Amy terminó el instituto y asistió
a ocho colegios superiores distintos; pero en este tiempo madre e hija
estuvieron en constante conflicto, hasta el punto de pasar seis meses sin
hablarse.
Los padres de Amy Tan habían pensado que se
dedicara a la medicina, pero ella se decidió por la literatura y se licenció en
Lingüística e Inglés por la Universidad de San José, en San Diego. En 1974 se
casó con Louis DeMattei y algo más tarde se trasladaron a San Francisco. Su
marido era abogado y ejerció como experto en leyes fiscales mientras Tan
realizaba el doctorado en lingüística; primero en la Universidad de California
en Santa Cruz y, más tarde, en Berkeley. Mientras realizaba sus estudios de
doctorado se interesó por los problemas de desarrollo lingüístico que
presentaban los discapacitados; en 1976 abandonó el programa doctoral y trabajó
como asesora de desarrollo del lenguaje en la Alameda County Association for
Retarded Citizens y más tarde dirigió un proyecto de entrenamiento para niños
discapacitados hasta 1981. Por otro lado, comenzó a realizar junto a su marido
trabajos para ejecutivos de grandes corporaciones a los que escribían los
discursos.
A raíz de una fuerte discusión con su marido,
Amy se dedicó a escribir por su cuenta; bajo seudónimo, escribió el folleto de
26 capítulos titulado "Telecommunications and You," producido para
IBM. Amy Tan prosperó como escritora y después de unos años ahorró el dinero
suficiente para comprarle una casa a su madre. Aunque los ingresos
proporcionados por este tipo de trabajo eran elevados, Tan llegó a cansarse de
este negocio, comenzó a estudiar piano y a escribir historias. Con la primera
de estas historias, titulada "Endgame", se ganó su admisión al taller
de escritores de Squaw Valley; además, su relato apareció publicado en la
revista literaria FM y en Seventeen. La segunda historia de Amy, "Waiting
Between the Trees", impresionó gratamente al agente literario Sandra
Dijkstra, quien comenzó a representarla y le animó a que escribiera todo un
libro de historias. La madre de Tan cayó enferma por entonces y Amy se prometió
que si su madre se recuperaba la llevaría a China para ver a sus primeras
hijas, lo que aconteció en 1987. El viaje fue revelador para Tan, a quien le
causó un impacto tan fuerte que le inspiró por completo el libro de historias
que le había prometido a su agente. Dijkstra presentó los capítulos que Tan
había terminado por completo y una sinopsis de los incompletos a la empresa
Putnam's Sons, que adelantó 50.000 dólares y se comprometió a publicar el
libro, ahora con el título de The Joy Luck Club (1989, El Club de la Buena
Estrella). Tan terminó de escribir el libro en menos de cuatro meses y,
después, su vida cambió para siempre.
La publicación de The Joy Luck Club obtuvo
estupendas críticas y la novela se mantuvo durante ocho meses en la lista de
los libros más vendidos del New York Times. Tal ha sido el éxito de la obra que
se ha traducido a 23 idiomas, incluido el chino. En El club de la buena
estrella Amy Tan presentó los problemas generacionales y culturales existentes
entre madres e hijas, agravados cuando aquéllas nacieron en China y éstas en
los Estados Unidos. La autora organizó el libro en cuatro partes, precedida
cada una de ellas de una corta parábola que es, de alguna manera, un
paralelismo de la historia que se va a contar; dividió cada una de estas partes
a su vez en otras cuatro que llevan el nombre de la narradora. De esta manera,
Tan aprovechó para alternar las voces de las madres, cuyas historias se centran
en la lucha mantenida por ellas mismas contra las costumbres y supersticiones
de China y la sujeción a la familia, con las voces de las hijas, cuya vida en
Estados Unidos les hace enfrentarse a la desigualdad profesional y a las
dificultades en su relación con sus madres.
Esta particular relación entre el pasado y
presente es típica del estilo de Tan. A través de ella, la autora ha descrito
las distintas dificultades que se les presentan a las madres chinas para
compartir sus experiencias personales con sus hijas americanas. En estas
historias se recogen vivencias propias de la autora, una situación no muy
distinta de la vivida por la madre de Amy Tan, quien estuvo casada en China con
un hombre distinto al padre de Amy y que tuvo tres hijas en este matrimonio;
aquí, se nos presenta en el personaje de “June”. Con El Club de la Buena
Estrella Amy Tan ha ganado diversos premios, entre ellos el L.A. Book Award y
The National Book Award; además, su novela ha sido llevada al cine en 1993, con
gran éxito, bajo la producción de Oliver Stone y la dirección de Wayne Wang.
La siguiente novela de Tan, titulada The
Kitchen God's Wife (1991, La esposa del Dios del Fuego), ha reafirmado su
reputación como novelista y ha sido de nuevo un gran éxito de ventas. En ella,
Amy Tan, inspirada en la vida que llevara su madre durante su juventud, relató
las dificultades de una madre soltera para sobrevivir en la China de antes y
durante la Segunda Guerra Mundial, y la complicada relación que mantenía con su
hija. Su última novela, The Hundred Secret Senses (1995, Los cien sentidos
secretos), se ha convertido también en un éxito de ventas. Amy Tan se ha
dedicado también a la literatura infantil y ha publicado dos libros para niños,
The Moon Lady (1992, La dama de la luna) y The Chinese Siamese Cat (1994, El
gato siamés chino).
La temática de las novelas de Amy Tan está
enfocada principalmente hacia el tratamiento de los problemas que los
inmigrantes chinos sufren en Estados Unidos, la vida y costumbres de las
mujeres asiático-americanas y las dificultades en las relaciones entre madres e
hijas. El estilo de Tan, que ha sido influido en gran media por la americana
Louise Erdrich, se apoya en el frecuente uso de flash backs, la técnica del
relato enmarcado y el uso del misterio. Tan ha comentado en sus entrevistas que
su intención al escribir no es proporcionar al lector información histórica,
sino más bien la creación de una obra de arte. Por esta razón, sus trabajos no
se centran necesariamente en temas orientales sino en historias universales (la
adaptación del individuo a su entorno, los conflictos generacionales, la guerra
de sexos, etc.), aunque presentan el rasgo original de tratarse de historias
narradas a través de protagonistas que buscan el equilibrio entre su nuevo
estilo de vida americana y la siempre presente herencia cultural china.
Amy Tan pertenece al selecto grupo de los
novelistas más populares de América, cuando hace solamente 20 años la lista de
autores americanos más conocidos no incluía ningún escritor asiático-americano.
Este espectacular éxito se debe, en parte, a que sus historias han encontrado
una apasionada audiencia entre americanos con todo tipo de antecedentes y que
prestan gran atención a lo étnico, a las costumbres familiares y a narraciones
de voces femeninas. Esta extraordinaria popularidad de Amy Tan ha contribuido a
poner de moda la literatura asiático-americana y a constituir un movimiento de
escritoras asiático-americanas en el que se incluye también a Maxine Hong Kingston
(The Woman Warrior) y a Wakako Yamauchi (Songs My Mother Taught Me). Amy Tan
vive ahora junto a su marido en San Francisco.
En abril de 2006 presentó su novela Un lugar
llamado Nada, en el que narra la delirante historia de unos norteamericanos que
acaban secuestrados en la selva de Myanmar.